Productos enlatados
Las conservas tradicionales como las verduras, mermeladas, pescados en aceite, etc. han sido hasta ahora las más utilizadas, pero hay otro tipo de alimentos elaborados y preparados.
Ésta forma de conservación hace que disminuya tanto el sabor como las características nutritivas del alimento pero mediante modernas técnicas de envasado al vacío se evita la oxidación del producto, el uso de antioxidantes, conservantes, el calentamiento rápido a altas temperaturas, etc. lo que conlleva a la obtención de productos de buen nivel nutritivo.
Hay una serie de consejos a la hora de usar los productos enlatados:
1) Si se observa que la lata está oxidada o abombada, hay que desecharla.
2) Hay que leer bien la información de la etiqueta, fecha de caducidad, conservación, peso neto y escurrido, etc.
3) Desechar aquellas conservas que al abrirlas tienen en la superficie un líquido turbio o una poca de espuma. El producto ha podido sufrir una acidificación por la presencia de bacterias.
4) Hay que buscar el producto de mejor calidad a menor precio, es decir, hay que tener en cuenta la relación calidad/precio.
Y con esto, ¿no entran ganas de preparar unas anchoas con un poquito de aceite, ajo picadito y perejil en pan? Os las aconsejo, están riquísimas.
La comida enlatada es una forma de aumentar el tiempo de conservacion de los alimentos a través de su acondicionamento apropiado en un recipiente generalmente producido en metal.
Actualmente los más diveros géneros alimentícios y bebidas son vendidos enlatados, muchos de ellos exclusivamente de este modo. Como ejemplo podemos citar el extracto de tomate, la leche condensado, el milho cozido, refrigerantes, entre otros. Alimentos enlatados pueden mantener su calidad para consumo por hasta dos años.
Ciertas conservas vegetales pueden estar sometidas a algún tipo de procesado para ofrecer al consumidor tanto más variedad, como otros sabores. Podemos apreciarlo claramente si nos fijamos en las mermeladas de fruta, a las que se les añade gran cantidad de azúcar como parte de su conservación, en el paté de aceitunas, elaborado a partir de aceituna triturada y aceite de oliva, en las verduras pre-cocidas, en latas de frutas en almíbar, un jugo hecho a base de agua y azúcar, etc. Cualquier procesado previo a la conserva debe garantizar al consumidor que el alimento es seguro y saludable y que se están cumpliendo las normativas legales en cuanto a manipulación y envasado.
Las modernas maquinarias para la fabricación de conservas hacen posible una gran variedad de formatos de presentación y envases de conservas vegetales. Los enlatados se han sofisticado mucho buscando siempre la mejor forma de conservar los alimentos por más tiempo, haciendo fácil su manipulación, apertura, cierre y apilado, y persiguiendo el que estos envases puedan ser reciclados, contribuyendo así con el medio ambiente. Así, podemos encontrar bolsas herméticas, envases al vacío, pak, bricks, latas, botes de vidrio, envases de plástico, etc.
Cualquiera puede acudir a un supermercado a comprar y ver la importancia que tiene en la vida moderna la elaboración de enlatados de conservas vegetales. Podremos encontrar conservas de verduras como guisantes, habas, espárragos, patatas, zanahorias, pimientos, espinacas, acelgas, alcachofas, champiñones y también latas de conservas de frutas ya sean en almíbar como, piña, melocotón, peras, mango, cerezas y en confituras o mermeladas como moras, naranjas, ciruelas, albaricoques, fresas, etc, todos ellos en conserva. Estas serían las conservas vegetales más habituales que una familia compraría, pero no debemos olvidar las aceitunas, que una vez pasteurizada antes de venderse, también puede ser considerada una conserva vegetal.
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